martes, 5 de agosto de 2014

Mercedes Benz 230 SL "PAGODA"

Bueno, pues hoy toca clásico alemán, tirando allá por Stuttgart donde reside hoy en día su sede, y no, no vamos a lo típico, ni 911 ni 300 SL, aunque algo más parecido al segundo puesto que lo sucedió, nos referimos al Mercedes Benz 230 SL también conocido como “Pagoda”. Cabe destacar que habían otras 2 motorizaciones, 250 y 280 SL, pero nos centramos en la primera en esta entrada.







Cuando ves este coche por primera vez, ¿en qué piensas?, ¿es un prodigio de la ingeniería?, ¿es un trozo de chapa con 4 ruedas?... No, piensas en lo que es la belleza siempre y cuando esté vacío y te refieras a un automóvil en sí, si hay una rubia cañón apoyada en su capó, pues ya es un plus y tu cerebro hace un 2x1 y se acaba liando en que belleza apreciar y fusiona el coche y a la señorita en un éxtasis de belleza que sólo experimenta el cerebro humano.





Pero… no es solo belleza este coche, su debut en el Salón del Automóvil de Ginebra predecía que sería un gran coche, era algo así como un término medio entre el monstruoso y famoso 300 SL, también conocido como alas de gaviota, y el 190 SL, considerado en la época como un coche destinado al público femenino, como los primeros SLK amarillos, es decir, algo que a los alemanes les hacía tener un flamante mercedes, sin jugarse tanto la vida o la billetera y sin caer en que los “amigos machos”, esos que cuando llegan a casa tienen la discografía de Village People escondida en un sótano con un botón rojo que pone “no pulsar”, se rieran de ellos.




Vamos a los términos más técnicos de este coche, en primer lugar, motor de 6 cilindros, esos que desaparecen hoy en día a favor de los V8 o los 4 en línea con un turbo considerable, que daba 150 CV en 2300 centímetros cúbicos, recuerdo que hablamos del año 1963, por lo que son unas cifras bastante considerables a un par de 196 Nm. Con sus 1330 kilogramos lo hacen un coche, que remontándonos a tiempos actuales, perfecto para un paseo a la luz del sol sin renunciar a una conducción deportiva “vintage” de los años 60, algo que a día de hoy todo amante de los coches debería disfrutar alguna vez en su vida.
¿Por qué lo apodaban “Pagoda”?, para ello empezamos aclarando que significa dicho término. La Pagoda es un estilo de edificio atribuido a países asiáticos como China, Japón o Tailandia el cual estaba formado por varias plantas las cuales están divididas por tejados en cada planta y que normalmente estaban asociados a la cultura budista. Dicho coche se fabricaba en principio con techo rígido, ese que es perfecto para dejarlo en casa el típico día que la Ley de Murphy está presente con esa gran nube negra que persigue a tu coche día y noche y una vez puesto el techo para salir otra vez para no mojarte se convierte en una sauna pues el que te sigue es tu propio sol personal. Este techo se parecía a las “Pagodas”, o en mi opinión se daba un cierto aire que con un poco de imaginación se hizo famoso en la época, algo así como un “trending topic” pero con teléfonos con los números colocados en un círculo.

Pagoda originaria de países asiáticos


Techo "Pagoda" del Mercedes 230 SL

















Ejemplo de esta difusión:
Mats: -Oye tío, ¿has visto el nuevo mercedes que han presentado en Ginebra?
Bastian: -Que me aspen… Si eso no es una “Pagoda”.
Mats: -Es verdad, voy a decírselo a Julien y a los otros, adiós.



Eso sí, se trata de un coche de fin de semana, algo para lucir mientras disfrutas de él, aunque nada barato, pese a que se fabricaron unos cuantos y otros más (menos de 50000 unidades, pero de los tres modelos, haciendo una estadística a ojo rápida, 50000/3=16666 y con redondeo y eso pues unos 17000), andan por 30000€ en Alemania los más baratos, así que es algo que en nuestra gran España es apto para los políticos y los agraciados económicamente que cada vez abusan más de los que no lo son.



A modo de despedida, seguimos con algunos datos que nos hemos dejado por detrás, el 0 a 100 km/h en 11 segundos, ¿repetimos que se trataba del año 63?, velocidad máxima de 195 km/h, por lo que no aptos para pelos-tupe de los 60, cambio automático, sí automático, pero exprimido al máximo realizando los cambios en el límite máximo recomendado, aún así es el pie del que pienso que cojeaba este coche, pero claro, podíamos elegir el manual de 4 velocidades (lo del automático iba más bien por curiosidad), y por último algo que debería omitir debido a la lógica del mismo, ya que era un mercedes, ¿cómo dudar de los acabados de un Mercedes Benz con las siglas SL?.